El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha anunciado su decisión de dejar el cargo tras liderar el país desde 2015. Durante una rueda de prensa en Ottawa, Trudeau comunicó también su renuncia como líder del Partido Liberal, aunque se mantendrá en el cargo hasta que se elija un nuevo líder que lo sustituya.
Trudeau explicó que la decisión, tomada tras dialogar con su familia, obedece a la necesidad de evitar conflictos internos en el partido de cara a las elecciones federales previstas para este año. Reconoció que las diferencias dentro de su formación política han minado su capacidad para liderar con eficacia, a pesar de considerarse “un luchador”.
El primer ministro destacó que su renuncia busca calmar la creciente polarización política en Canadá, señalando que el país necesita un “reinicio” que permita un debate más productivo en el Parlamento, el cual ha estado estancado en los últimos meses.
Asimismo, expresó su pesar por la renuncia de Chrystia Freeland, su viceprimera ministra y aliada clave, quien dejó su cargo en diciembre, aumentando la presión sobre su liderazgo. Aunque evitó detallar sus conversaciones con Freeland, Trudeau admitió que había esperado que ella continuara en su equipo.
Con su salida, el Parlamento canadiense permanecerá prorrogado hasta marzo, dando tiempo al Partido Liberal para elegir un sucesor y evitar una moción de censura.
Reacciones de la oposición
El líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, reaccionó con dureza al anuncio, afirmando que “nada ha cambiado” en el Partido Liberal. En una publicación en redes sociales, Poilievre criticó a los liberales por intentar “engañar a los votantes” cambiando de líder sin alterar sus políticas.
Poilievre aprovechó para reiterar sus críticas al sistema de fijación de precios del carbono y al aumento del costo de vida, acusando al gobierno de Trudeau de un gasto desmedido y políticas migratorias mal manejadas.
El fin de una era política
Justin Trudeau llegó al poder en 2015 como el rostro renovador del progresismo canadiense, llevando al Partido Liberal desde la tercera posición hasta una victoria histórica. Con su estilo carismático y mensajes de esperanza, cautivó a un electorado deseoso de cambio.
Sin embargo, su gestión no estuvo exenta de controversias. Desde escándalos éticos como el caso SNC-Lavalin hasta decisiones que polarizaron a la población, como sus políticas sobre el cambio climático y la migración, Trudeau vio cómo su popularidad se erosionaba con el tiempo.
Las crecientes dificultades económicas, como el aumento del costo de vida y la inflación, así como un sentimiento de agotamiento tras casi una década en el poder, aceleraron su caída. En los últimos meses, enfrentó presiones crecientes de sus propios parlamentarios, quienes durante el receso navideño dejaron claro que ya no apoyaban su liderazgo.
Un futuro incierto para Canadá
Con la renuncia de Trudeau, Canadá se adentra en una etapa de incertidumbre política. El Partido Liberal deberá encontrar un nuevo líder capaz de enfrentar a una oposición conservadora que parte como favorita en las encuestas.
Entre los nombres que suenan para sucederlo están Chrystia Freeland, ex viceprimera ministra; Mark Carney, expresidente del Banco Central; y Anita Anand, actual ministra de Transportes.
Trudeau deja un legado de casi una década marcada por su defensa de políticas progresistas y su presencia destacada en la arena internacional, pero también por divisiones internas y desafíos económicos que han marcado los últimos años de su mandato.