Un Viaje Mágico por París: Días Inolvidables Antes de Navidad

Por: Gilberto SingLondres

Este es un viaje que tenía planeado desde hace mucho tiempo: traer a mi mamá a Europa. Después de cinco años sin venir a visitarme, finalmente pudimos hacerlo realidad.

El viaje a París comenzó tomando el Eurostar desde la estación de King’s Cross St. Pancras en Londres hasta la estación Gare du Nord en el centro de París.

Mis expectativas sobre París eran muy mixtas, un 50/50, ya que la última vez que estuve en la ciudad no tuve la mejor experiencia. En aquella ocasión, encontré la ciudad algo deteriorada y bastante sucia.

Al llegar a París, tomamos un Uber directamente al hotel. Fue una grata sorpresa, ya que las instalaciones estaban en excelente estado y la habitación era amplia y cómoda.

No sé si fue por coincidencia con los recientes Juegos Olímpicos de París 2024, pero me llevé una gran sorpresa al encontrar la ciudad extremadamente limpia y bien organizada, al menos en la mayoría de los lugares que visitamos.

El primer día, paseamos por los Campos Elíseos, visitamos el Arco del Triunfo, que también se encontraba en perfecto estado, y bajamos a recorrer las tiendas. Luego, entramos al Petit Palais para disfrutar de la exposición que estaba en exhibición.

Recomiendo ampliamente visitar el Petit Palais, ya que es una excelente galería de arte que abre sus puertas al público de forma gratuita, sin necesidad de reserva previa.

Continuamos caminando hasta los Jardines de las Tullerías y pasamos por el Museo del Louvre. Aunque no entramos en ese momento, aprovechamos para tomarnos un café y disfrutar del ambiente, ya que nuestras entradas estaban reservadas para otro día.

A la mañana siguiente, teníamos una reservación para visitar el Palacio de Versalles, ubicado a las afueras de París. Tomamos el tren regional desde la estación más cercana a nuestro hotel, que era la estación de Péreire. El boleto de ida y vuelta a Versalles costó ocho euros.

La emoción de llegar al Palacio de Versalles fue indescriptible. Después de más de cuatro años sin visitarlo, recordé por qué es una de las atracciones más impresionantes y recomendables de París. Su colección de arte y la impecable conservación de sus elementos lo convierten en una obra maestra arquitectónica de gran belleza.

Al regresar a París al mediodía, visitamos la recién inaugurada Catedral de Notre Dame. Fue una grata sorpresa descubrir que no se necesitaba reservación para entrar y que la visita era gratuita. El gobierno francés invirtió mil millones de dólares en su restauración, completada en solo tres años. Sin duda, es un lugar de una belleza incomparable que recomiendo visitar.

El día siguiente lo dedicamos al Museo del Louvre, donde pasamos más de dos horas. Recomiendo ir con paciencia, ya que suele haber mucha gente durante todo el año. La sala de la Mona Lisa, en particular, puede congestionarse, pero las autoridades del museo tienen todo muy bien organizado y controlan el tiempo de permanencia frente a la obra.

También visitamos el atrio central del Palais Royal, con su fascinante instalación de columnas blancas y negras, y luego fuimos a la Ópera Garnier. Allí disfrutamos de un café en el Café de la Paix, una experiencia que recomiendo encarecidamente.

Más tarde, pasamos un momento en las Galerías Lafayette. Aunque había mucha gente, pudimos admirar la espectacular decoración navideña en el atrio central, con su impresionante cúpula de vitrales.

En nuestro último día, paseamos por la ciudad y terminamos el recorrido en la Basílica del Sagrado Corazón, en el norte de París. Les recomiendo ir preparados, ya que hay una gran cantidad de escaleras que subir si van caminando. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena, ya que el lugar es majestuoso y ofrece vistas espectaculares de la ciudad.

Finalmente, visitamos el Campo de Marte y la Torre Eiffel, símbolo emblemático de Francia y París. Luego, nos dirigimos a la Plaza del Trocadero, desde donde se obtienen vistas increíbles de la Torre Eiffel y de la ciudad. Aunque noté que el área necesita un poco de mantenimiento, sigue siendo un lugar imprescindible en cualquier visita a París.

Para cerrar mi narración, debo decir que fue una experiencia maravillosa pasar unos días antes de Navidad en la capital francesa. La ciudad, con su incomparable belleza y su atmósfera única, es un espectáculo de elegancia y diseño arquitectónico. Recomiendo caminarla, disfrutar de sus calles y dejarse cautivar por su gente y su encanto.

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