Al menos 93 personas fallecieron y más de 140 resultaron heridas en un brutal ataque perpetrado por hombres armados en un auditorio en las afueras de Moscú.
El viernes, un tiroteo sacudió un recinto de conciertos en la periferia de la capital rusa, dejando un saldo devastador confirmado por los servicios de seguridad del país.
El auditorio municipal de Crocus, ubicado al noroeste de la ciudad, fue escenario del caos cuando cinco individuos vestidos con trajes de camuflaje comenzaron a disparar.
El Ministro de Salud de Rusia, Mijaíl Murashko, reportó que 115 personas están siendo atendidas en centros médicos, con 60 de ellas en estado crítico, incluyendo cinco niños entre los heridos.
El comité de investigación encargado de supervisar la respuesta al ataque afirmó que se están examinando los cuerpos de las víctimas, y se teme que el número de fallecidos pueda aumentar, superando las 60 víctimas confirmadas hasta el momento.
Impactantes imágenes del incidente muestran cómo un voraz incendio consumió el techo del auditorio, sumiendo el lugar, con capacidad para 9.500 personas, en una espesa nube de humo y polvo.
El ataque ocurrió durante un concierto del popular grupo de rock ruso Picnic, con alrededor de 6.200 personas presentes en el recinto en el momento del suceso.
Las autoridades rusas han lanzado una intensa búsqueda para capturar a los perpetradores, mientras se mantiene al presidente Vladimir Putin informado sobre la situación.
Once personas han sido detenidas en conexión con el incidente, con cuatro de ellas directamente involucradas en el ataque, según informó el jefe de las fuerzas de seguridad al presidente ruso.
El líder ruso expresó su deseo de pronta recuperación para los heridos, mientras que la ciudad de Moscú ha elevado la alerta en instalaciones públicas como aeropuertos y estaciones de tren.
El autodenominado Estado Islámico (EI) se atribuyó el ataque en su canal de Telegram poco después del suceso, aunque esta afirmación aún no ha sido verificada de forma independiente.
Este incidente plantea la primera pista sobre la posible autoría del atentado, aunque EI ha reclamado ataques previamente sin tener relación con ellos, según destacan expertos en seguridad.
Funcionarios estadounidenses de alto rango también han señalado la posible relación del EI con el ataque, mientras las autoridades rusas intensifican los esfuerzos para dar con los responsables.
La Guardia Nacional rusa ha desplegado unidades para buscar a los autores del atentado, mientras la policía y ambulancias responden al lugar de los hechos, donde se desató el caos tras el inicio de un incendio provocado por los atacantes.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, expresó su pesar por la tragedia y ofreció asistencia a las familias de las víctimas, mientras el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó el suceso como un “ataque terrorista”.
En medio de la conmoción, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos describió las imágenes del tiroteo como “horribles y difíciles de ver”, descartando por el momento cualquier implicación de Ucrania en el ataque.
Mientras tanto, en las redes sociales circulan vídeos impactantes que muestran la violencia del ataque y el caos que se desató en el auditorio, con testigos describiendo escenas de pánico y desesperación.
Este trágico episodio se produce después de que la embajada de Estados Unidos en Rusia advirtiera sobre posibles planes de ataques extremistas en Moscú a principios de marzo, mientras que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) aseguró haber frustrado planes de atentado del Estado Islámico en una sinagoga de la capital.